viernes, julio 04, 1986

Merla maneja el simbolismo ‘pop’/ Mario Herrera/1986/ elnorte.com

Juan Carlos Merla en cuadro Maneja el simbolismo ‘pop‘

Por Mario Herrera.
Arte y Pintura, página 14D / EL NORTE / Viernes 4 de Julio 1986

I.-Todos sabemos que detrás del campeonato Mundial de Futbol verificado en México se han jugado otros mil juegos, grandes y pequeños que nada tienen de futbolístico.
¿Grandes juegos? Nada menos que el reencuentro de la imagen de un México que , a pesar de la crisis y de las catástrofes telúricas, se mantiene vigoroso, alegre y en perfecto pie de lucha.
Pero, además, juegos políticos (control de masas) y financieros (recuperación de crédito nacional e internacional) y económico (promoción del turismo) y culturales, etc.
Y de los pequeños juegos detrás del futbol ni siquiera intentaríamos una ennumeración genérica dada su infinita variedad. Van desde la venta de banderitas y “souvenirs” hasta la de terrenos para estadios y gimnasios; y desde la venta de cocacolas y de “pop corn” hasta la de balones y botines deportivos.
Lo cual nada debe sorprendernos porque esa es , precisamente, la característica definitoria de la sociedad de consumo en que vivimos: que en cada cosa en que se vende se venden todas las demás cosas vendibles. Y detrás de todas ellas se vende ese gran producto que no es ya comercial sino mítico: nuestra propia imagen personal y la de México.


Mito que nos engloba, nos transciende y a la luz del cual nos leemos, nos desciframos en el contexto de un mundo plural y polivalente. Mito saludable (pese a lo que digan los enemigos del fut) que nos reinstala en nuestro verdadero contexto y que nos permite volver a sentirnos parte viva de un mundo viviente.
II.-Sirva todo ello de preámbulo para la compresión de un interesante cuadro mural de Juan Carlos Merla (Museo de Monterrey. Exposición Campeonato Mundial de Futbol)
En esta obra, ejecutada sobre ese tema, Merla no nos habla, de hecho, sobre futbol, sino de los juegos que se juegan detrás del futbol y sin los cuales no había futbol y que en el fondo se reducen a un solo juego: la consagración de la imagen mítica de México y del mexicano. Veamos:
Es un mural horizontal formado por seis grandes bandas verticales.
Al centro, tres bandas con los colores de la bandera nacional. Las bandas verde y roja dan cuerpo a sendos mensajes de un expresionismo abstracto vigoroso y original que bien podrían tener plena autonomía aún separados del conjunto de la obra.
En todo caso, la banda blanca de esta gran bandera tricolor representa un elemento puente o de enlace con las otras dos porque fija una metáfora plástica: en lugar de escudo nacional ostenta dos fechas clave: la del inicio del campeonato mundial de futbol y la de la apertura de la exposición relativa en el Museo de Monterrey. La bandera mexicana ha quedado transformada, de este modo ,en un gran poster publicitario.
Al lado de este gran símbolo publicitario-patriótico vemos otra banda: un curioso cuadro, obra de manos infantiles (las del propio hijo del pintor Merla) en la que ha dado rienda suelta a su euforia futbolística (monitos, balones, fantasías diversas). Abre una fresca y candorosa vertiente de arte “naif” que equilibra a las tres bandas descritas y que son de un simbolismo cerebral.
Engarzando este conjunto, dos bandas más, una en el extremo derecho y otra en el izquierdo. Ambas con símbolos muy típicos de Monterrey: la de la izquierda presenta una composición en collage con los emblemas de la cervezas Carta Blanca, Bohemia y Tecate; y la de la derecha, un anuncio vial: “Museo de Monterrey” con el acompañamiento de una flecha direccional.
También estas dos bandas son anverso y reverso de una sola idea central: el genio creador del regiomontano, que se manifiesta tanto en la producción de artículos de consumo material como cultural.
Quedan reunidos, por lo tanto, pluralidad de signos que nos disparan en diversas direcciones: la idea de Patria, de creatividad artística profesional, de expresión lúdica infantil “naif”, de iniciativa privada en los asuntos del comercio, la industria y la alta cultura.
Es un mosaico que , en el fondo, configura un solo mensaje: la visión mítica de México y del mexicano, a la luz de la cual, los demás signos quedan aclarados y descifrados.
¿Y el futbol? Es únicamente la idea tópico, cliché, que nos sirve para vislumbrar :todos los juegos que se ponen en juego detrás del juego”
Esta obra “pop” de Merla nos está diciendo que los mitos mexicanos encuentran su lenguaje más expresivo a través de los clichés más cotidianos de la sociedad de consumo.