domingo, enero 11, 2004

PINTAR EN GRIS (O EN CUALQUIER OTRO COLOR)/ Xavier Moyssén / 2004


PINTAR EN GRIS (O EN CUALQUIER OTRO COLOR)-por X.Moyssén

Pintar, como cualquier otra práctica cultural, es siempre una interpretación. Lo que los demás observamos en una pintura, escuchamos en una pieza musical, o leemos en un poema, es y será, no sólo la experiencia primera de su autor, sino la transformación que ésta sufrió, esto es, la manera en la que la interpretó, el responsable de su ejecución.

De acuerdo al devenir histórico, estas interpretaciones siempre han oscilado entre dos polos; uno de ellos apunta hacia mejorar lo que con la vista o el oído percibimos, creando así obras que son a tal grado verosímiles que se suelen confundir con lo que llamamos realidad. El otro de estos polos, por el contrario, se orienta a la creación libre de obras cuya finalidad no es hacer una interpretación de lo ya visto o escuchado sino de aspectos inéditos que pudieran enriquecer nuestraexperiencia sensorial e intelectual.

A pesar de las diferencias evidentes entre los polos, en el fondo no difieren mucho ya que la acción que desarrollan es la misma en ambos casos, tal y como también lo son los procedimientos, medios y técnicas que ponen el juego para lograr sus fines. En otras palabras, es exactamente lo mismo pintar un bodegón o un paisaje, que una “oda al rojo” o una construcción abstracta no. 7” ya que en cualquiera de ellas, o mejor dicho, ya que para llegar al resultado final, trátese de la obra que se trate, se tuvo que seguir los mismos pasos y poner en práctica idénticos conocimientos.

El que un productor lleve su obra de uno a otro extremo de este espectro no debería, entonces, sorprender a nadie, pues no sólo está capacitado para hacerlo sino que, en esencia, hace lo mismo, interpretar su experiencia con el mundo que lo rodea; cierto, a no ser… a no ser que al ejecutar una u otra pieza busque objetivos diferentes.

Tal es el caso de la nueva serie que ahora presenta Juan Carlos Merla, quien después de dos décadas de ser identificado como un pintor abstracto, ahora regresa a la obra figurativa. Dos géneros, por lo demás tradicionales del medio, ocupan la serie: el retrato y los bodegones; además, dentro del primero practica también el paisaje y el autorretrato. Al tiempo de estar compuesta esta serie por piezas prácticamente desconocidas en su trayectoria, estas tienen la particularidad de estar ejecutadas únicamente en la gama de los grises (aunque algunas incluyen algunos detalles en cremas).

Los motivos para dar este giro no son muchos ni hay que buscarlos en retorcidas razones, como el mismo Merla lo advierte, surge de la misma práctica de la pintura, del deseo por retratar a sus pares, y de reencontrar el gusto por los efectos de la luz (de ahí que la obra sea, entre otras cosas, en gris, a fin de trabajar solamente con valores tonales), el arabesco, lo decorativo. Nada que no se pueda encontrar en su demás obra, sólo que aquí, en esta serie, prevalece la interpretación sobre la figura tomada de la realidad.

Obra en grises sí, pero lo mismo podría ser de cualquier otro color o multicolorística, lo mismo da, pintura al fin y al cabo, como las muchas otras que ha ejecutado el mismo Merla o algún otro pintor de este momento, del pasado, o como lo harán los productores de futuras generaciones.

Xavier Moyssén L.
Universidad de Monterrey
Enero,2004